No sé muy bien cómo describir lo que he sentido al hacer este "minimundo". Para empezar, el agradecimiento a Teresa Martín Pinillos por volver a confiar en mi trabajo...
Su compañero y amigo Wolfgang se jubiló el viernes y le prepararon una estupenda fiesta.
Esta fue una de las muchas sorpresas que tuvo esa noche: una maqueta personalizada de su lugar de trabajo y un guiño a lo que será su nueva vida, ya que al lado aparece su encantadora mujer Antonia, esperándole con las maletas para disfrutar juntos la nueva etapa.
La fiesta fue amenizada por el gran Salvatore, salvador Garrido Gorgojo, que puso la guinda a esta fiesta.
He tenido el privilegio de conocer a Antonia, que con tanto cariño e inmensa energía ha preparado todo...
Y por la magia que me brinda este trabajo, se han colado en mi corazón y en mi mundo diminuto para siempre.